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Si te preguntaran cuál es la noticia que más esperas en estos momentos, una de tus respuestas seguro tendría que ver con el COVID-19 ¿Cierto? La ansiada recuperación global todavía podría tardar. Sin embargo, las cifras al menos en Estados Unidos comienzan a ser alentadoras.
Los nuevos casos registrados en el territorio estadounidense han disminuido por quinta semana consecutiva. Lo mismo ha sucedido con el número de hospitalizaciones y las muertes. Los especialistas atribuyen estas “buenas noticias” al proceso de inmunización en la población mayor de 65 años, que viene llevándose a cabo desde el pasado mes de diciembre.
Según Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), más de 16 millones de personas han recibido dos dosis de la vacuna Pfizer-BioNTech o Moderna desde finales de diciembre. De ellas mas del 10% son residentes o personal de hogares de ancianos. Por otro lado 4 millones de americanos, están a la espera de su segunda dosis.
De acuerdo con “The Covid Tracking Project” los casos se desplomaron en casi todo el país, 6 semanas después de iniciarse los planes de vacunación. En retrospectiva, esto tiene sentido porque las cifras de enero y las primeras semanas de febrero, tanto de muertes como de hospitalizaciones, tendrían que ver con las infecciones producidas en diciembre. Es así como cada semana que transcurre se observa un retroceso en el número de casos, por lo que las autoridades siguen insistiendo en los beneficios de aplicarse la vacuna.
Entre tanto, las investigaciones no cesan y hay nuevos reportes como el estudio en Israel en el que se evidenció que la vacuna de Pfizer tenía un 85 por ciento de efectividad después de la primera dosis, un hallazgo que podría llevar a algunos países a retrasar la segunda inyección, para ampliar la vacunación a un mayor número de personas.
Con AstraZeneca sucede algo similar. Las pruebas han demostrado que su protección es más efectiva cuando las personas recibieron la segunda dosis después de tres meses, en lugar de seis semanas. De hecho, ya en Inglaterra se está planteando una estrategia de aplicar una sola inyección a más número de personas y esperar 90 días para el “refuerzo”. Ahora bien, en Estados Unidos no se plantea cambiar el esquema inicial, es decir, que hasta que la población de mayor riesgo no reciba su segunda dosis no se iniciará la próxima fase.
En cuanto a los efectos colaterales, también hay nuevos datos. Los CDC aseguran que en el caso de las vacunas que actualmente son aplicadas en Estados Unidos, los efectos secundarios han sido poco frecuentes. La estadística es menos del 0.1%.
Se habla de:
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dolores de cabeza
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fatiga
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dolores musculares
Ante toda esta cantidad de información, todavía existe escepticismo e incluso miedo ante los efectos adversos que podría tener la inmunización. Hay personas que la rechazarían. De hecho, en un artículo del New York Times se reveló que casi la mitad de los estadounidenses prefieren no vacunarse. Tendencia que las autoridades de salud intentan revertir, insistiendo en la seguridad de las dosis que están utilizando. Hasta El Vaticano está promoviendo las vacunas, pero sin “castigo” para quienes no la deseen.
En la Florida, el Jackson Memorial Hospital, comenzó a analizar si es el momento de incluir en el proceso a los mayores de 55 años sin condiciones preexistentes. Ya comenzaron a recabar datos aún cuando tendrían que esperar por la autorización de las autoridades. Hasta la fecha se han suministrado en la entidad 4 millones y medio de vacunas, de las cuales 3,6 millones ya fueron administradas.
Como dato curioso, que contrasta con la reticencia de una cantidad importante de personas; un administrador de salud en Florida dijo que dos mujeres "se disfrazaron de abuelas" en un intento por vacunarse. También se han multiplicado el intento de estafas al tratar de “vender un cupo” para la vacunación. Hay que recordar que la vacuna es gratuita y que para tener acceso hay que inscribirse a través de cualquiera de los centros autorizados.
Lo cierto es que, aunque Estados Unidos se está acercando a la lamentable cifra de 500.000 muertes a causa del COVID-19, pareciera haber luz al final de este largo túnel. Aún queda un arduo camino por recorrer y todo pareciera indicar que, para combatir a este enemigo invisible, también hay que luchar contra el rumor, la difamación y escepticismo. En lo particular siempre he apostado por la ciencia y la medicina preventiva. Para mi, las vacunas evaluadas y autorizadas representan la mejor carta que tenemos para protegernos contra el Coronavirus. Y tu amig@ lector, ¿qué decidirías?